Los defensores de la dieta paleo en
running y triatlón piensan que si
corremos como humanos resulta
coherente comer también como humanos y que si queremos
sentirnos con más energía no vale
lo de comer cualquier cosa porque
no es verdad eso de que lo
quemaremos corriendo.
1. Porque si corres como un humano deberías comer
también como un humano
Hay ciertos alimentos que pueden considerarse genuinamente
humanos en el sentido en que nos acompañan desde el inicio de la
evolución del género homo. Hemos evolucionado consumiendo
dichos alimentos y nuestro genoma está plenamente adaptado a
ellos. Esos alimentos son las carnes, pescados, huevos, frutas y
ciertos vegetales y raíces. A lo largo de millones de años de
evolución, la dieta de nuestros antepasados estuvo formada por
diferentes combinaciones de dichos nutrientes en los que la
presencia de proteínas y grasas animales y la poca disponibilidad
de alimentos ricos en azúcares resultaron fundamentales para
convertirnos en lo que somos desde el punto de vista metabólico.
2. Porque hacer deporte no te da carta blanca con la
comida basura
Entre algunos corredores está extendida la creencia que dice que si
haces deporte puedes comer tanta basura como quieras porque
corriendo la quemarás. Es un error pensar así. Comer comida
basura consistente en cereales azucarados, bollería y todo tipo de
productos procesados formados básicamente por harinas refinadas,
azúcar y grasas poco saludables nunca es una buena idea por
mucho ejercicio que hagamos. En primer lugar esos son alimentos
vacíos desde el punto de vista nutricional y ocupan el espacio de
otros alimentos más saludables dándonos a cambio calorías de
rápida asimilación que se acabarán convirtiendo en grasa.Si la comida procesada, el pan y la bollería forman una parte
importante de nuestra alimentación estaremos ganando puntos para
que cuando cumplamos algunos años la diabetes tipo 2, la
dislipemia (patologías relacionadas con los niveles de triglicéridos y
colesterol) y demás trastornos asociados al síndrome metabólico
hagan su aparición. Hacer deporte no nos librará de ello pero si
combinamos el ejercicio con un estilo de vida saludable que incluya
una dieta más acorde con nuestra evolución y nuestra genética las
probabilidades de llegar de una edad avanzada sin sufrir esos
problemas aumentarán considerablemente.
3. Porque tendrás más energía para moverte
Los primeros días después de comenzar una dieta paleolítica están
marcados por el deseo de comer pan y otros alimentos a los que
estamos acostumbrados y que además nos producen un subidón de
glucosa que echamos de menos. Sin embargo, pasados esos
primeros días es habitual notar una mejoría en nuestro vigor físico y
sentir que tenemos más energía disponible para poder hacer cosas
como correr o trabajar. Esto sucede básicamente como
consecuencia de la eliminación de los cereales de la dieta. No nos
damos cuenta de la cantidad de cereales que comemos hasta que
no los eliminamos, porque dejar de comer cereales supone no
comer galletas, bollos, pan, cereales de desayuno, palitos de
cangrejo, pizza, pasta, tortas de arroz y muchos otros alimentos
procesados. Comer todos esos alimentos ocupaba un espacio en
nuestros platos y en nuestros estómagos que ahora ocupan otros
alimentos: verduras, frutas, carnes, huevos y pescado. Aunque
mucha gente piensa que con este tipo de dieta se consume mucha
carne, el cambio más importante, al menos en mi caso, ha sido
que la cantidad de verdura y fruta se ha triplicado. Ése es el
secreto del aumento de energía: la sustitución de una serie de
alimentos que nos proporcionaban básicamente calorías vacías
(cereales) por otros alimentos que además de calorías nos
proporcionan nutrientes fundamentales: proteínas, grasas, vitaminas
y antioxidantes.
La pregunta que me suelen formular después de decir esto es: ¿Y
no nos quedaremos cortos de hidratos de carbono? Podríamos
hablar mucho de los hidratos de carbono y decir, por ejemplo, que
no son un nutriente esencial. Pero eso lo dejaremos para otro día.
De momento diré que con la dieta paleolítica sí que se consumen
hidratos de carbono: los contenidos en frutas y verduras.
4. Porque ésta es una dieta antiinflamatorio
La inflamación es una respuesta natural del cuerpo ante una lesión
o herida. Se trata de una fase del proceso de curación. Sin
embargo, hay otro tipo de inflamación de tipo crónico que afecta a
todo el cuerpo. Hablamos de la inflamación sistémica, una de
cuyas causas principales es el estilo de vida moderno y en concreto
la alimentación actual. La inflamación sistémica hace que nuestro
sistema inmune esté continuamente en alerta lo que provoca una
situación de estrés crónico que puede acabar desembocando en
diferentes enfermedades, algunas de ellas muy graves.
5. Porque comiendo paleo te olvidarás de los
suplementos de hierro
A lo largo de mi vida he padecido siempre de anemia por falta de
hierro. Había una causa que parecía explicarlo: celiaquía no
diagnosticada. Sin embargo después del diagnóstico y la
consiguiente dieta sin gluten, aunque mejoraron algunos de mis
marcadores de salud, mi cuerpo continuó escaso de hierro. La
situación dejó de ser tan grave pero tuve que seguir controlando los
niveles de hierro periódicamente y tomar suplementos de vez en
cuando. Me convencí de que tener déficit de hierro era “normal”.
Muchas personas a mi alrededor tenían el mismo problema, aun sin
celiaquía de por medio. El hecho de ser mujer y hacer deporte
parecía ser un factor que me condenaba a unos niveles de hierro
siempre bajos.
6. Porque con esta dieta dirás adiós a los michelines
Si somos corredores y conocemos a otros corredores sabremos que
correr nos hace sentir mejor física y mentalmente, pero también
sabremos que eso no supone una garantía de que nos desharemos
de los michelines. De hecho, todos conocemos a corredores que
entrenan duro a diario pero que no consiguen librarse de esa
desagradable capa de grasa abdominal. Hacer una dieta con pocas
calorías no funciona porque cuando hay restricción calórica nuestro
cuerpo reacciona volviéndose más eficiente en la acumulación de
grasas; éste es el mecanismo que evolutivamente ha utilizado
nuestro cuerpo para superar las épocas de hambruna. La clave pues no está en hacer ejercicio y limitar las calorías pues esto nos
hará más eficientes en el almacenaje de las mismas en forma de
grasas. Lo que deberíamos hacer es dejar de centrarnos en las
calorías ingeridas y poner nuestro foco de atención en el tipo de
alimentos que elegimos. Lo primero es que seamos conscientes de
que lo que se convierte en grasa es el exceso de glucosa en la
sangre.
7. Porque aún no sabes qué es tener hambre
Comer y beber mientras corremos es fundamental en carreras
largas; necesitamos hidratarnos y reponer energía. Si no lo
hacemos llegará un momento en que aparecerá un muro insalvable
que nos obligará a abandonar. Lo habitual es consumir agua con
sales y geles ricos en carbohidratos y con algunos aminoácidos. principio, con nuestros depósitos de glucógeno todavía llenos,
podemos tirar sólo hidratándonos pero luego necesitaremos reponer
carbohidratos a intervalos cada vez menores. Eso hace que también
tengamos que incrementar considerablemente la ingesta de líquido,
puesto que a la deshidratación inducida por la sudoración se suma
la producida por las necesidades de nuestro sistema digestivo para
poder asimilar los geles energéticos. Así pues, a medida que la
carrera se alarga aumenta la necesidad de consumir geles y agua.
Probablemente ésta sea una de las causas de los problemas
digestivos y vómitos que a menudo sufren los participantes de las
carreras de ultra running. Y esto sucede cuando nuestra fuente
principal de energía procede primero del glucógeno almacenado en
el hígado y los músculos y luego de las bolsitas llenas de gel
pegajoso y dulce.
¿Existe otra opción? Sí, y pasa por reducir la dependencia de los
carbohidratos y enseñar al cuerpo a usar otro tipo de combustible,
la grasa. La oxidación de las grasas es un proceso que nos dará
una energía de estilo diesel, perfecta para carreras de larga
duración. Si hacemos una dieta de tipo evolutivo y practicamos
el ayuno intermitente como parte de nuestro entreno estaremos
enseñando al cuerpo a quemar grasas. Eso no significa que no
vayas a necesitar quemar glucosa, pero no dependerás
exclusivamente de ella para funcionar. Tenemos un motor
híbrido que puede funcionar con glucosa y con ácidos grasos,
¿por qué limitarnos a sólo un tipo de energía, cuando además ésta
(la glucosa disponible) es limitada y hay que reponerla tras muy
poco tiempo de ejercicio? En nuestro cuerpo viaja un depósito de
energía mucho mayor (grasas) que el de glucosa (glucógeno).
Aprendamos a utilizarlo.
9. Porque enseñarás a tu cuerpo a quemar grasas
Durante años hemos leído que un atleta de resistencia ha de basar
su alimentación en los carbohidratos porque son los que nos
aportan la energía necesaria para poder correr, pedalear o nadar
durante muchos kilómetros. Sin embargo parecemos olvidarnos de
que el ser humano evolucionó como atleta de resistencia, cosa que
parece que hacía bastante bien a pesar de que no tenía a su
disposición barritas de cereales, geles con glucosa y maltodextrina,
bebidas energéticas, pasta, arroz ni otros carbohidratos que
consideramos indispensables para afrontar una carrera larga. ¿Qué
consumían durante sus carreras nuestros ancestros cazadores
recolectores? La respuesta es simple: grasa, la grasa almacenada
en su cuerpo. Aunque estemos muy delgados nuestras reservas de
grasa (a no ser que estemos desnutridos) nos servirán para mucho
más tiempo de lo que nos podemos imaginar. Pero si siempre que
hacemos ejercicio usamos glucosa como energía nuestro cuerpo no
sabrá cómo usar de un modo adecuado la grasa almacenada.
Es importante enseñar al cuerpo a usar de un modo eficiente esas
reservas haciendo una dieta de tipo paleo y practicando el ayuno
intermitente (intermittent fasting). No se trata de eliminar la
reposición de energía durante las carreras, pero sí de hacerlo de un
modo más racional de modo que no dependamos exclusivamente
de esa reposición porque en ese caso acabaremos encontrándonos
con el famoso muro de la maratón o teniendo problemas digestivos
en las ultras.
10. Porque probar la dieta que están haciendo gente
como Tim Olson (o Pepe Roldán) puede estar bien
Seguro que sabes quién es Tim Olson, un ultrarunner
estadounidense flamante ganador de la Western States 100 y cuarto
clasificado en la Transvulcania 2013. Todo un ejemplo de lo lejos y
lo rápido que puede llegar corriendo alguien que hace una dieta
evolutiva. Podemos pensar, y probablemente con razón, que Tim
Olson tiene una capacidad innata para las carreras de resistencia y
que su rendimiento sería parecido con cualquier dieta siempre y
cuando se garantizase el suministro de ciertos nutrientes básicos.

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